Hoy os traigo una noticia de hace algún tiempo pero que aún hoy en día podemos ver casos en diferentes ciudades. Os voy a hablar de todo tipo de mecanismos inhumanos que existen en las algunas ciudades del mundo para evitar que la gente sin techo duerma en la calle. Primeramente repasaré varios ejemplos a lo largo de estos años y las respuestas de la ciudadanía.
Esta "moda" se inició allá por el 2012 en China, donde, bajo se instalaron pinchos de cemento bajo algunos viaductos en Guangzhou, Baiyun y Tianhe. Curisiosamente ninguna institución se mostró dispuesta a admitir su autoría y responsabilidad sobre ellas, hasta que fueron reconocidas y retiradas por el ayuntamiento debido a la presión social.
Uno de los casos más sonados fue el de las púas metálicas de Londres, instaladas en la entrada de un bloque de viviendas.
Estes sólo son unos de los ejemplos más sonados, y la verdad es que, aunque no sea tan explícitos, en las ciudades existen una serie de diseños igual de hostiles. De la mano del colectivo Survival Group, podemos observar todo tipo de imágenes que ellos denominan "anti-lugares", en la ciudad de París.
Ya hace varios años empezaron a hacer aparición esas sillas individuales, separadas y fijadas al suelo, de apariencia completamente inocente pero que en realidad son una perversión del mobiliario urbano: la no siempre admitida motivación oficial es que impiden tumbarse a dormir.
Hay muchos otros ejemplos de catálogo, como los asientos de las paradas de bus y metro que permiten a adultos sanos y de estatura estándar apoyarse, no sentarse ni mucho menos tumbarse, o los resaltos que se instalan en todo tipo de bancadas y bordes urbanos para desincentivar a los skaters. Todo un mundo de creatividad aplicada a la repulsión.
Las reacciones de la gente no se han hecho esperar. En China, un par de estudiantes promovieron protestas que acabaron en la retirada de los conos de hormigón, que el Ayuntamiento acabó reconociendo como suyas. Las púas de acero de Londres provocaron más variedad de respuestas, desde manifestaciones hasta activistas cubriendo las púas con cementeo. Finalmente, las presiones populares, canalizadas a través de una petición en línea, hicieron que el alcalde se pronunciara contra los pinchos y que éstos se quitaran.
La otra cara de la moneda la encontramos en Vancouver, donde se apuesta por una arquitectura inclusiva y habilita bancos pensados para que los sintecho puedan refugiarse o dormir al raso. Estos bancos fueron impulsados por la asociación Raincity Housing, que encargaron a la agencia Spring Advertising que diseñara unos bancos que en realidad son mitad anuncio, mitad refugio.
Existen varios tipos de bancos: uno de los bancos muestra durante el día un mensaje que dice "Esto es un banco", apareciendo un mensaje brillante de "Esto es una habitación" por la noche. Otros bancos incluyen el mensaje de "Encuentra refugio aquí", y cuando se despliega el respaldo, a modo de parapeto contra la lluvia, el banco reza "Encuentra una casa aquí", proporcionando la dirección de un refugio Raincity al que se pueden dirigir las personas sin hogar para tener dónde pasar la noche.
Acabamos de ver diferentes formas de afrontar el mismo problema. Una de las soluciones es expulsarte y la otra es acogerte. Es cuestión de decidir en qué tipo de ciudades queremos vivir.
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